Entre la frustración de no tener tiempo necesario para realizar los mil y un proyectos que tengo en mi cabeza, algunos aferrándose, alargando sus ramas y creciendo de tal manera que florecer parece ser ya su destino. Pero otros tan débiles, pobres; caen y se suicidan tras un pestañeo, y mi única contribución para extender sus vidas es escribirlos en unas notitas, y así de alguna manera dejarles alguna historia que luego de algunos días marcaría un final lamentable tras el olvido. Me entristece verlas morir, esas ideas con tantas ganas de hincharse de alguna forma alabeada y brotar de mi cabeza a la superficie para hablar sin una sola palabra. Lamento que el tiempo y este cambio de humor y de ganas las este matando, lo lamento.
Pero aquí una de ellas sobrevivió, sin ninguna identidad, solamente una forma buscando espacio.